Ñ u s l é t e r

 

# 209

 

 

-mensaje familiar mutante-

 

 


Mandatos

Aprendió a ser hombre
alguien tenía que emular al
Padre
ser el emergente
decir puedo
alguno debía arremangarse
los pantalones
para llevarlos bien puestos
rescatar la sangre
del recato
y tirarla por la borda
alguien debía ponerse el nombre
al hombro
y dejar para más tarde
la compostura
el maquillaje
la cara boba del rebaño
habrá tiempo luego
para parir
pensó
para ponerse labios de rouge
y ojos
de ternura degollada.

Norma Etcheverry


God bless the child

Mi madre discute con la radio
maldice a este gobierno, protesta, prepara la comida,
medica a la familia y nunca se equivoca.
También lo cuida a mi papá
incluso de sí mismo.

Mi madre es impaciente, exagerada,
mide la vida en sueños, encaneció temprano.
Mi madre enterró a un hijo.

La fuerza de mi madre proviene del amor
y no hay pudor que esconda esa palabra.
Sortea los desastres de la vida
con tanta integridad que me avergüenza
vivir tan preocupado como vivo.

Jorge Fondebrider


Vea este número de Nusléter según Nusléter

 

ÍNDICE

 

PROSA | El frasquito | Luis Gusmán |  

FIGURITAS | Cómo y por qué escribo tangos | Enrique Santos Discépolo |

ENCUESTA

POEMAS | 9 | 10 | Roxana Palacios | | flagelation | regulations 2 | Transplantation... | Cristina Lobaiza |  
DEFINICIóN | Como bola sin manija |
SERVICIOS | Comunicación textual |
GRaFiTi  
RESPUESTAS | Argentina |
ENLACES
| Varios |
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PROSA

 

El frasquito

DECÍME NENA CUÁNTAS VECES TE DIJE VAS A QUEDAR... A VOS TE PARECE QUE POR UN MINUTO DE PLACER TE IBA A DEJAR CON UN HIJO.

La policía me pega por haber matado al mellizo, me pega con cinturones negros de hebillas anchas y plateadas. Quieren que les cuente la historia del mellizo muerto. Policías violadores con todo ese correaje sagrado, con ese olor a cuero, quieren que cante, que declare cómo maté al mellizo. Ahí está la madrecita mirandomé, mi padre, el paraguayo, todos rodeandomé, me torturan y me gritan asesino. Le sonrío al policía y le señalo al paraguayo con el dedo y le digo él es el culpable por glotón. Pero me ponen la luz en los ojos y me preguntan dónde escondí el cuerpo del mellizo muerto, entonces les cuento lo que me contó la abuela, de que está en la Chacarita, el último nicho empezando a contar de la derecha, cerca de la tumba de Gardel, tan alto que nunca alcancé a ponerle flores.

Yo no lo conocí al muerto, cuando él murió yo no había nacido todavía, sólo sé que eran dos varones, uno no resistió la inyección y murió, murió porque llevaba la sangre del padre, el otro, el que llevaba la sangre de la madre se salvó.
Inmóvil, insobornable, desde la silla nos vigila el cinturón de don Pedro el policía. Él duerme, más tarde se va a levantar, tomará unos mates como todas las tardes, mientras se coloca la chaquetilla azul frente al espejo, se ajusta el cinturón y la cuarenta y cinco de servicio, su mujer desde atrás con el mate listo le saca las pelusas, le acomoda el correaje.
Se desprende del correaje, saca la cuarenta y cinco y la coloca sobre la oveja que tiene cerca, no se saca los pantalones sino que solamente abre la bragueta y la saca para violar, ella baja el cierre de los pantalones blancos y se tira en el pasto esperando ser violada por la mala leche policial.

Subimos en un auto y vamos a la Chacarita, durante el viaje pido si me pueden aflojar un poco las esposas y un cigarrillo. Cerca de la tumba de Gardel está el nicho, el último empezando a contar de la derecha, la abuela nunca miente -le digo- a un policía, otro coloca una escalera y sube, miro para arriba y me doy cuenta de que ahora tampoco alcanzaría a ponerle flores aunque quisiera. Lo abren, un cajoncito blanco y vacío, ni cenizas, la madrecita grita hay que matarlo, lo mató porque quería las dos tetas para él, por angurria, ahora que va a querer matarme el paraguayito, las pagará todas juntas, maldito coyote, gritan los policías y se abalanzan sobre mí para pegarme.

Yo espero que don Pedro el policía se duerma, pero él no se duerme nunca, fuma y lee novelas policiales toda la noche, cuando amanece recién apaga la luz pero sigue fumando, los policías nunca duermen están siempre despiertos para velar por el sueño de los demás -me dice- y ojo con la Pirula, cuidado con la Pirula, si te veo con la Pirula te marco con el cinturón.

El cinturón de don Pedro camina solo, además tiene ojos y nos vigila.

Yo espero en la puerta del pesebre que el policía de provincia termine de violar. Él la guarda sin limpiar, ella cierra el cierre, él se acaricia la cicatriz del mentón mientras se coloca la cuarenta y cinco. Cuando salen ella corre y me abraza, le da asco ese olor a cuero, a policía, hay que tener la concha de fierro para cojer con un policía -dice la Biyú-.
Seguro que lo enterró en algún potrero, lo cortó en varias partes y desparramó los pedazos por toda la ciudad, en paquetes envueltos en papel de diario que dejó en los baños de las estaciones de ferrocarril, lo tiró al Riachuelo, lo redujo a cenizas y los metió junto con la leche de Montana adentro del frasquito y mientras canta lo zangolotea como si fuera una coctelera.

Leche y cenizas dentro del frasquito mágico, lo frota como la lámpara de Aladino y aparece el mellizo vivito y coleando, entonces él vuelve a matar, clavándole una inyección por la espalda y el otro muere, así mil veces, muchas veces, hasta cansarse, después se arrodilla y reza a los espíritus, cae en trance, invoca el alma del mellizo y su cuerpo recibe su espíritu, entonces empieza a hablar, sabiendo que aunque es su voz la que escucha es el mellizo el que habla por su boca para contar su muerte con sus propias palabras.

Para seguir por acá

 

Luis Gusmán (Buenos Aires, 1944) publicó las novelas Brillos, Cuerpo velado, En el corazón de junio, La música de Frankie, Villa, Tennessee, Hotel Edén; los libros de cuentos La muerte prometida, Lo más oscuro del río y De dobles y bastardos; la autobiografía extraña, La rueda de Virgilio; y los ensayos La ficción calculada y Epitafios: el derecho a la muerte escrita.

 

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FIGURITAS

 

Por qué y cómo escribo tangos

 

Escribo tangos porque me atrae su ritmo. Lo siento con la intensidad de muy pocas otras cosas. Su síntesis es un desafío que me provoca y que yo acepto complacido... Decir tantas cosas en tan corto epacio. ¡Qué difícil y qué lindo!

Para escribir un tango distribuyo mentalmente las incidencias centrales. Divido en partes el conflicto y atento al estado (al estado sicológico, me refiero), al estado anímico, trato de comentarlo con música. Sigo al personaje en su desconsuelo, en su alegría, en su rabia. No he pensado nunca en el otro "Estado", con mayúsculas. De haberlo hecho habría evitado la suspensión por radio de mis canciones. A veces, siguiendo a mis personajes en su alegría y su rabia, disloco mis músicas, lo que sorprende y fastidia a muchos músicos. Dicen que sacrifico la línea melódica en homenaje a la letra y están en un error. Yo rompo de intento la imagen musical trazada. Me lo exige una necesidad. Quiero que la música diga lo que luego aclararán aún más las palabras. En el reducidísimo espacio de una letra de tango vive toda una historias que salta, se aquieta, llora, ríe, comenta, maldice o se angustia. ¿Cómo sería posible que la música se independice de ello?

Un tango es una expresión libre. Su estructura y su técnica constructiva dependen pura y exclusivamente del tema que lo mueve a cantar dándole vida. Los grandes músicos no podrán nunca hacer un tango expresivo. Los mata el tecnicismo matemático que el tango de por sí rechaza.

Uso el argot por la sencillísima razón de que es más completo en la pintura. Hay estados o tipos o lugares para los cuales el símil académico es impropio por lo desusado. No entiendo por qué es más propio "robar" que "afanar". ¿Por hábito? Bah... Lo que sucede es que hay palabras feas y palabras lindas... Tanto la Academia como el argot, tienen un sinnúmero de palabras que me desagradan. Utilizo de ambas las que gustan por su sabor rotundo o pictórico o dulce. Las hay amplias, curvas, melosas, dolientes. Y las hay en todos los idiomas. Y si mi país, cosmopolita y babilónico, manoséandolas a diario, las entiende y yo las preciso, las enlazo lleno de alegría. Nuestro lunfardo tiene aciertos de fonética estupendos. Quieren matarlo. Hacen reír. Me hacen gracia esos que creen que los idiomas los han hecho los sabios. Si la necesidad de un pueblo es capaz de crear un genio, ¿cómo pretenden que se dentega en la creación de una palabra que le hace falta? Y el lunfardo, en su casi totalidad, se distingue por eso. Su vocablo es siempre más gráfico que el que sustituye, más poderoso y más nuestro. En "Soy un arlequín" me abstuve de usarlo porque no hizo falta...

Mis canciones nacen así: voy caminando por Corrientes y se me aparece un tango en el oído. Primero se me ocurre la letra, es decir, el asunto. El tema me empieza a dar vueltas en la cabeza durante varios días. Hasta que de pronto estoy sentado en la mesa de un café, leyendo en mi casa o caminando por la calle y empieza a zumbarme en el oído la música que corresponde a ese estado de espíritu, a esa situación de tango. Y aquí se me presenta la tragedia porque yo no sé música. Al piano, apenas le saco cuatro notas. Aprendí violín un año y medio y nunca pude tocar medianamente bien. Y desde luego, no sé escribir música. Cuando el tango me empieza a silbar en el oído corro a buscar a un amigo que me lo escriba. Muchas veces, no lo encuentro enseguida. Y aquí empieza la desesperación para que esas notas, esas notas que de repente se me han presentado -porque es así, se me han presentado- no se me vayan. Entonces, empiezo a cantarlas. Y sigo cantándolas en voz alta. Aunque vaya por la calle y todos se paren a mirarme como a un loco. Aunque esté en un café y de todas las mesas se vuelvan hacia mí. En ese momento nada me importa. Lo único que me preocupa es que no se me escape mi tango. Reternerlo con el canto hasta que me lo vengan a atar a la escritura... Y así hasta que el tango quede fijo en el papel. Pero el origen del tango es siempre la calle. Por eso, voy por la ciuad tratando de entrar en su alma, imaginando en mi sensibilidad lo que ese hombre o esa muchacha que pasan quisieran escuchar, lo que cantarían en un momento feliz o doloroso de sus vidas. (...)


En Escritos inéditos de Enrique Santos Discépolo, introducción y comentarios de Norberto Galasso, Buenos Aires (1986),   

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ENCUESTA

 

¿Qué es una famila?

 

 

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POEMAS 

9

imposible la imagen: el hombre parado muriendo
vos frente a mí
tus párpados como dos láminas curvas
yo digo que mayo sudaba por fuera de los vidrios
digo la casa súbita y caliente
vos entendés lluvia
yo hablo de ventanas como límite
hablo de los ojos irrigados
de la urgencia de las nubes y sus formas tanto lugar común
hablo de la taza de café sobre la mesa
de las manos enormes de mi padre
digo ramas
árbol hundiéndose en la tierra
ropa mojada piso de baldosas
digo fiebre pulmones con sangre
entonces vos nombrás a los héroes de la patria
y a mí me da risa y un poco de vergüenza
mi padre ocupa un sitio en esta habitación
al revés de lo que habíamos planeado padre
en una caja
su nombre en un metal
vos asentís con la cabeza
yo multiplico gente en el café
salgo a fumar
los perros tienen un ladrido grave entre las rejas

10

sin embargo pájaros cantan esta noche
el resto son hojas que oscurecen la ventana
las paredes
el cielo frío como un rechazo
yo bailo en mi cuerpo un fragmento de esplendor
afuera la calle
su rigidez de cosa extraña
no tengo explicación para la carne
ninguna verdad
hay luces por fuera de la casa
no me entrego a sus brazos
soy el pensamiento helado de esta noche

Roxana Palacios (Buenos Aires, 1957) es poeta y docente. Publicó Marca sobre marca (2001), En el Fueracampo (2004), casa que ves caminar / the house you see walking (2008) y Saquemos a mamá del cielo (2010), de donde vienen estos poemas.

 

flagelation

mi madre no me reconoce por ahora
atareada en no sé qué cuaderno de tareas
toca las cosas de mi casa como se tocan las cosas de una muerte
impracticable
sin un eco siquiera que la oriente entre los dedos que le exploran
las voces silenciadas
las solapas del abismo donde caen los descuidos
su gramática de cintas amarillas
desatadas
quiero decir
mi madre ya no me reconoce
aplicada a la confección de una carilla de palotes
levanta la vista
se interrumpe
me mira
despliega un rebatible mostrador
del pliegue de su abdomen
curiosa me pregunta
qué desea

regulations 2

avanzo sobre el corte y sinfección
hacia algún punto del lenguaje en donde oscile
como ahorcado de una soga de colgar cosa lavada el nombre propio
hasta ese incienso en que flamea ropa al tope de la trompa
hasta ese incendio de puntillas de entredichos de entreveros de falopa
avanzo chuceando vade retro chuza chuza picapiedra
y te sumerjo con cofia y con barbijo en este mismo cuerpo mío paulatino
sucesivo progresivo escalonado
a salvo picarona cachafaz
de las pequeñas cofradías
cutipaste
chantapufis
del olvido

Transplantation day number six

Tres rueditas
tres patas negras
caño
monitor uno
bip
monitor dos
bip
bolsa uno
tubo
bolsa dos
tubo
bolsa tres
tubo
catéter
después
todo el resto
mamá

 

Cristina Lobaiza (Santa Fe , 1958), es pscióloga y artista visual. Publicó los libros de poemas En memoria nuestra (2002), Fondo de cielo (2004), y Cross talk (2008, de donde estos poemas). En co-autoría con Adriana Arias, Locas y fuertes relatos de mujeres (2003) y Bichas y bichos del cortejo (2010).

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DEFINICIÓN

 

COMO BOLA SIN MANIJA: Usadas primero por los indios, las boleadoras fueron para el gaucho una forma contundente y un elemento de trabajo para cazar guanacos y avestruces. Se componían de dos bolas -o a veces tres- de cuero sujetas por tiras del mismo material de unos dos metros de largo. La manija de la boleadora es la bola menor, la que empuña quien se dispone a hacer el tiro para golpear a las otras. "pobre como lagartija / y sin respetar a naides / anduve cruzando el aire / como bola sin manija", se lee en la segunda parte de Martín Fierro. Una "bola sin manija" es un contrasentido. Algo así como un martillo sin mango. Ése es el significado que dio al dicho la gente de campo y con la misma intención pasó al léxico de la ciudad. Quien anda en esas condiciones está condenado a la desorientación y el vaivén. A rebotar en todos lados como bolita de flipper.

En Tres mil historias de frases de frases y palabras que decimos a cada rato.


 

S e r v i c i o s  Ñusléter

 

 

~ Creación y corrección de textos

~ Desarrollo de sitios

~ Traducciones de inglés

 

Más información acá.

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GRaFiTi

 

"Devolvenos la familia" En Ciudad de la Paz y Echeverría (Belgrano) .


Para ver la foto del graffiti, puede entrar acá.

 

 

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ENLACES

 

~ Entre la infancia... y la pared
Espacio de pensamientos y acciones
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~ Cámara Flashera
Fotografía estenopeica color... ¡un flash!
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~ Nuestros origamis
Ver para crear.
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RESPUESTAS

 

Si hubiera que rebautizar a la Argentina, ¿qué nombre le pondríamos? ¿Por qué?

Anónimo dijo:
Argenchina
Si los chinos aflojan y pinta la mezcla, vamos a ver el tricentenario con ojos sesgados.

Anónimo dijo...
ArgenTUNA, un país gobernado por una manga de pescados (con perdón de estos peces tan deliciosos).

La Nu dijo...
Amada.
Para que desde su origen lo sea... quizás así sus habitantes la amarían y se amarían más.

Anónimo dijo...
Arpagenpetipinapa
es jeringosa

Más respuestas y preguntas en: www.niusleter.blogspot.com

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GRACIAS

 

Pablo Cruz Aguirre, María Alvarez Rodriguez, Raúl Barreiros, Aldo Novelli, Daniel Cignacco, Alejandra Fernández, Ana Bravo, Diego Queirolo, Ángel Carrizo, Nico Serruya, Alejandro Sigal; Lalo Aíta; Fede Merea; Ensayos en vivo; Juan Daza, Juan Crasci, Sebastián Realini; Facundo Ruiz; Iván Rosado; faca; Augusto Zurcher; Espacio WIP; Paula Aguirre; Osvaldo Rodríguez; Mariana Pérez, Yanina Díaz; Javier Adúriz; Mariano Carrara; Fede Güerri; Fede Levín; Mariano Otero y Florencia Peña; Un Golazo, Mariano Fiszman, Daniel Liñares, José Luis Pascuet, Laurent Jacobi, Guille Meza, Paio Zuloaga; Santiago Barrionuevo; Leticia Piazza; Roque Cataldi, Julián Cánepa, Mariano Mancuso; Diego Maradona; Andrés Vallejo; Faby Quintela; Valeria Galliso; Jésica Barreto; Carlos Pereiro; Titi Michelich; Noé Martínez y Ruth Baute; Esteban Leyes, Fernando De Leonardis, Iván Moisseff; Palanca Pier, Hilario González, felices cumples.

 

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