ñ u s l é t e r
 

 

-mensaje de entrecasa-

 

# 177

 

 


 

    "Somos una familia que siempre estuvo espiritualmente muy unida. Nuestro padre se ahogó en un accidente marino cuando éramos pequeños y nuestra madre siempre destacó el hecho de que nuestras relaciones de familia tienen una suerte de permanencia que nunca volveremos a encontrar. [...]

    No digo esto porque me interese en la historia de la familia o porque este sentimiento de originalidad sea profundo o importante para mí, sino para aclarar la idea de que nos guardamos mutua lealtad a pesar de nuestras diferencias, y de que cualquier acto que implique faltar a esa lealtad es fuente de confusión y dolor."
    John Cheever

 


 

ÍNDICE

 

POEMAS | Salud | Fernando Aíta |   

AGÉNDELO

DEFINICIÓN | Chupi | Chusma |

ENCUESTA

PROSA | Diecisiete y veintiuno | Carlos Liscano | 

TALLER  LITERARIO | Por Computadora |
GRAFFITTI  

ENLACES | Resonancias |
RESPUESTAS | Laburito |
AGRADECIMIENTOS
SUSCRIPCIONES  

CONTACTO | niusleter@niusleter.com.ar | 

 

Ñusleter 24hs

 


 

POEMAS

 

Salud

 

El frente blanco y cuadrado de casa.

Abajo de la ventana izquierda, las marcas

de una suela de zapato derecho.

 

Un piso más arriba mamá

cocina, cose y cada hora

se asoma como un cucú

para velar por los chismes del barrio.

Ríe con la radio, toma una cerveza,

y dos por tres un vaso se le rompe.

Papá, en el dormitorio, gruñe

el número de docenas

roto a lo largo del matrimonio.

Mamá se mete en sus trajes,

disfraces. Las comidas exquisitas.

 

Cuando el sol terminaba las horas extras,

y calentaban las lámparas de magnesio, Lito

llegaba hasta el negocio vecino

a tomar trago a trago

                          cuantas cervezas

                                                le entraran en el vientre.

¡Qué barriga más esférica

y qué hombre tan sediento!

Los codos en el marco de la ventana,

el pie en la pared,

los pelos en maraña; era el colmo

de la simpatía y un campeón de la desmesura.

 

No había noche que no tambaleara,

desbebiera sobre un coche,

y se fuera amonestado;

ni faltaba un atardecer con mil disculpas

a fondear botellas y botellas y botellas y

regresar a su casa a los tumbos.

 

Un atardecer mamá cansada

prohibió a Lito apoyar el sucio sello

del mocasín sobre la casa:

esa marca podía interpretarse:

como dejadez, encierro, malaria

de los dueños, quedaba feo.

 

Lito, colorado, se mantuvo erguido

por su equilibrio desigual. Duró menos

la ardua faena de emborracharse, o cuánto

más pronto se notaban sus réditos.   

A casa varias cervezas más temprano,

zig-zag raspando contra las paredes

el lado izquierdo de la memoria.

 

Las tardes vinieron más cortas,

más fresco, y Lito nunca más.

 

Mi vieja sigue el movimiento circular,

la cuchara en la olla, los trajes, disfraces,

en la metralla de su máquina;

la cerveza, la radio, la risa, algún vaso

estalla, papá con sus gruñidos por docenas,

las cenas exquisitas.

 

Vi a Lito, ese otoño, en traje,

corbata y maletín: un cadete del cielo.

Ajeno a la virtud, libraba una guerra santa.

Una religión pedestre le había trocado

borracheras en sermones, diezmo y cánticos:

en su rostro, sombra de cicatrices, la luz

de una paz sumisa. Un preso voluntario

en una jaula transparente.  

 

Compré dos cervezas al lado

de la mancha de Lito,

y brindé con mis padres, por su salud, por...

los disfraces, por la cena, exquisita.

 

 

Fernando Aíta nació en Avellaneda, Buenos Aires, en 1975. Este poema pertenece a Épica chusma, su primer libro. Trabaja coordinando talleres literarios, como docente y como traductor de inglés. Desde 2002, es uno de los editores de Ñusléter.

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AGÉNDELO

 

Están todas/os invitadas/os a la presentación del libro:

Épica chusma, de Fernando Aíta.

 

Jueves 24 de mayo, 19:30 hs.
Casa de la Cultura.
Alsina y San Martín (Plaza Alsina),

Avellaneda.

Lecturas, fotos, videos, músicas, invitados sorpresa y múltiples brindis. 

 


 

DEFINICIÓN

 

CHUPI: (De chupar) coloquial. Bebida alcohólica.
Olé, 28.07.1998: Empezás a volar, a delirar; no parás, no podés parar. Después llega el chupi, le sigue la falopa, más alcohol, más minas, más merca y, al final, la destrucción.

 

CHUSMA: Conjunto de indios que, por su sexo, edad, o condición física, no combatían. D. F. Sarmiento, Facundo [1845], 1961, 210: Algunos toldos de indios fueron desbaratados, alguna chusma hecha prisionera.
2-despectivo. Persona chismosa y entrometida.
C. Somigliana, Bolsa, 1967, 63: Discúlpenme, pero esa es la única expresión que se me ocurre [...] ¡Qué chusma!

CHUSMEAR: (De chusma, por analogía con chismear y husmear) Indagar, chismear, husmear
M. A. Podestá, Rostro, 1963, 24: Acabemos, doña Lucía. Supongo que no vendrá a chusmear conmigo cosas que yo bien sé.

 

En Diccionario del habla de los argentinos.

 

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ENCUESTA

 

~ ¿Cuál es su mejor o su peor vecina/o? ¿Por qué? (Tres frases)

 

~ ¿Qué miembro de su familia le parece un plomo? ¿Por qué? (Tres motivos)

 

Envíe sus respuestas a: niusleter@niusleter.com.ar

 


 

PROSA

 

Diecisiete y veintiuno

    Estoy tratando de ver si me sale un truco que me enseñó mi padre. Mi hermana recién había nacido, yo acababa de empezar la escuela y faltaban cinco o seis años todavía para que mi padre se fuera de casa. Entonces papá jugaba conmigo a la baraja todas las tardes, antes del informativo de la televisión. Cuando mi padre se fue, las cosas cambiaron, y ahora, más de treinta años después, de visita en casa de mi madre, estoy tratando de recordar cómo se hacía el truco.
    Después de cenar mi madre lava los platos y me habla. Yo encontré las barajas en un cajón del cuarto de costura de mi madre, donde dormíamos mi hermana y yo. Sentado a la mesa de la cocina la oigo hablarme.
    El truco es tonto, pero no me sale. Hay que encontrar el siete de oros siempre en el mismo lugar entre las cuarenta barajas. Mi madre está contando cosas sin ton ni son, pero tratando de que me entere de algo. Desde que me separé de mi mujer vengo a cenar con mi madre una o dos veces por semana. Mi mujer se fue de casa una noche y cuando volvió al otro día quiso llevarse a los niños. Al fin convinimos un arreglo, ella se quedó con la casa, yo me llevé el auto. Fue bastante civilizado. Todavía no sé cómo ni por qué nos separamos, pero así son las cosas.
    Cuento hasta veintiuno y tendría que aparecer el siete de oros. No aparece. Desordeno las barajas y aparece en cualquier parte. Mi mujer me miró y yo supe que todo había terminado. Ni siquiera necesitamos decirnos más de media docena de frases. Íbamos en el auto hacia el centro, al cine. Yo no quería ir, ella había insistido. A mí me daba lo mismo. No hablábamos, pero allí íbamos. De pronto me dijo que parara. Yo seguí y ella repitió que parara allí. Paré el auto.
    –Apuesto a que te olvidaste de algo –recuerdo que le dije.
    Me habló sin mirarme:
    –¿Te parece que podemos seguir así?
    La miré un instante y la vista se me fue hacia una muchachita que pasaba en bicicleta por la vereda a la medialuz de la luna.
    –¿Qué dijiste? –le dije.
    –Eso, lo que entendiste.
    –Bueno, no sé. Qué le voy a hacer –dije, por decir algo.
    Nos quedamos en silencio, ahora mirando al frente los dos.
    –Entonces volvemos –dijo.
    No le contesté. Puse primera y di vuelta.
    Llegamos a casa, me saqué el abrigo y me senté en el sofá a mirar televisión. Mi mujer no me dijo qué pasaba ni yo le pregunté. Se fue al cuarto.
    Al rato apareció con una valija. Me sorprendió. Se detuvo y quedó mirándome.
    –¿Te vas? –le pregunté.
    –Sí, me voy.
    –¿A esta hora?
    –A esta hora.
    –¿Querés que te lleve?
    –No te preocupes, llamo un taxi.
    Habló por teléfono y se fue. Antes de salir me dijo:
    –Los niños duermen. No les digas nada hasta que yo vuelva. Mañana me los llevo. Tengo que arreglar algunas cosas.
    Mi madre está dando vueltas. Ahora el siete de oros apareció cuando llegué a la carta número veintidós. Tal vez no era veintiuno, sino que el siete de oros aparece después de contar veintiuno, en el lugar veintidós.
    –No salíamos nunca a ningún sitio –dice mi madre.
    Está hablando de su vida con mi padre. De vez en cuando lo hace.
    Cuando mi mujer volvió, a la otra tarde, yo ya le había avisado a mi madre que me iría a su casa, hasta que consiguiera donde vivir. Le dije a mi mujer que se quedara con la casa, así podría vivir allí con los niños, yo me llevaba el auto.
    Expliqué a los niños que todo seguiría igual, papá vendría a verlos y saldríamos a pasear. Que respetaran y obedecieran a mamá. Lloraron ellos, lloré yo. Mi mujer se quedó dentro cuando salieron a despedirme hasta el auto. Vine a esta casa, le conté a mi madre que me había separado.
    Esto es ilógico, ahora salió en el lugar veintinueve. Es claro que no me acuerdo del truco. Tampoco me importa no acordarme. Dentro de un rato, cuando mi madre termine con la cocina, me iré a casa.
    –Un sábado de noche salimos. Yo sabía que él no quería salir, que prefería quedarse en casa –dice mi madre.
    El siete aparece en el lugar treinta y seis.
    –Yo le reprochaba que no salíamos nunca, desde hacía años. Ustedes ya estaban grandes. No muy grandes, pero podían quedarse solos en casa. Teníamos que aprovechar, le decía yo, teníamos que salir, distraernos, ver gente. Desde que ustedes nacieron no salimos más, a ningún sitio. Vos ya tenías trece años, tu hermana seis. ¿Me estás escuchando?

 

[...]

 

¿Quiere ver el truco? Pique acá.

 

Carlos Liscano  (Montevideo, 1949) escribe narrativa, teatro, ensayo y poesía, y trabaja para las publicaciones Brecha y El país cultural. Pasó trece años detenido como preso político, y once viviendo en Suecia de traducciones. Tiene novelas: La mansión del tirano, Memorias de la guerra reciente, El camino a Itaca, El furgón de los locos y La ciudad de todos los vientos. Además, tres recopilaciones de cuentos (Agua estancada y otras historias, El charlatán y El Informante) y una de sus obras de teatro, que se suma a Miscelánea observata, libro de poemas. El texto que aquí se publica, se halla en La confesión de Johny y otros cuentos.
 

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TALLER LITERARIO 

 

Nuevas funciones por entradas agotadas. 

 

Ya por computadora.

Encuentros de leer y escribir.

 

Se conectan:

Fernando Aíta

Alejandro Güerri

 

Más información: acá
O pregunte en:

niusleter@niusleter.com.ar

(Asunto: Por computadora)

 


 

GRAFFITTI

 

"La cumbia villera es una mierda, aguante santa fe." Visto por Fabián Preciado, en Av. Calchaquí al 5300, Cruce Varela.

 

"La gente rencorosa y con maldad nunca jamás va a tener a Dios de su lado." Lo leyó en Bordabehere y empedrado -Capital Federal- Anía Sambuco.

 


 

ENLACES

 

~ Resonancias Literarias

Enfocada en el arte y la literatura latinoamericanos 

http://www.resonancias.org

 


 

RESPUESTAS

 

1- ¿Cuánto tiempo por día boludea en el trabajo ?

 

    a) 30 minutos 

    b) 1 hora

    c) (contando el almuerzo) 4 horas

    d) de 6 a 8 horas

     e) otros:

 

Cuando laburaba en la oficina 4 horas maso, pero sin contar el almuerzo... ahora estoy desocupada, me dejaron sin empleo el día del trabajador... el colmo ¿no?
Paloma negra de los excesos
 

Si cuento los "de a 10" minutos que boludeo, baño (x2): 10'; cafe: 5', te: 5; almuerzo: 1hr, break para estirar las piernas 15', break para aflojar las manos: 15', charlita tema x: 15', 20', 30' depende..., telefono: 15', chequear emails 3 veces por dia: 30'...leer el clarin si tengo extra tiempo de boludeo: 30'. Total 3 hs y media....uau.
Srita Yañez

Todo el tiempo que sea necesario. a veces boludeo todo el día. Igual yo invertiría los valores de la pregunta. Para mí, mi trabajo es una boludez. Lo que yo hago para evadirlo es realmente lo que importa (mail, internet, blog, mensajes de texto con chicas, etc.).
Fabián Preciado


Por suerte boludeo todo el tiempo que quiero, y eso que soy empleado de una empresa privada. Me gusta mucho mi laburo, y tengo la suerte de poder boludear mientras lo hago. Un ejemplo de cómo boludeoes cuando leo Niusleter…jé…, es más ahora estoy boludeando…..
Ahora, yo hago esta pregunta, si el laburo que uno tiene es boludo, se puede considerar que boludea todo el día????
Javier Sordo
 

Creo que en respuesta a su primer pregunta boludeo alrededor de 3 1/2 horas, sobre un total de 8.
RGLD

 

2- En 50 palabras: un/a compañero/a de trabajo

 

El petiso Bozzo, 62 años, con ganas de boludear, con más historias y anécdotas que un mentiroso, y para colmo es Tano…un capo total!!!
Javier Sordo

 

Compañero. Compañero de proyectos. Compañero de ilusiones. Compañero de consuelos. Compañero de cama, de ascensor, de pasillo, de rincon, de cuarto (amante, amigo, hijo). Compañero de peleas y de histerias. Compañero de palabras incomprendidas. Compañero de silencios y rencores. Ya no más compañero. Ya nada. Ya no queda nada, nada.
Lisa
 

Mi compañera es una chica interesante, de figura más que agraciada, con una personalidad de esas que invitan a un cafe y una charla y no tan solo a un escueto escarceo entre sombras y silencios... en otro momento de mi vida hubiera sido una interesante oportunidad, pero hoy, ya retirado de estos menesteres furtivos, disfruto estas situaciones sin el vértigo de las obligaciones.
RGLD
 

El samurai volador espia desde abajo para la ventana de las oficinas, se queja cuando se le paga de menos, y pega portazos cuando se va. en el fondo es buen tipo, se gano su apodo de samurai por su cara de samurai (logico) y su colita de pelo,larga como la mia (la colita), tiene la capacidad de volar, y siempre tenemos dialogos de los mas drogadicticos.. un grande, siempre le pongo un poco mas de plata en la liquidacion...
Sole

 

Un compañero de trabajo es similar a un familiar. Vos no lo elegiste, te tocó. No te queda otra. Por eso, como en una familia, uno puede construir la mejor relación del mundo con un compañero, o encontrarse con los hijos de puta más grandes del planeta.
Fabián Preciado

 

Dos compañeras de trabajo que son como una, porque hacen todo igual y se rien igual y van de aca para alla juntas...Siempre estan de acuerdo, rara vez discuten. Les gustan las mismas cosas y hasta han coincidido con el color de la vestimenta mas de una vez. Como siamesas laborales.
Srita Yañez
 

No llego a las 50 palabras porque es gastar muchas palabras en alguien como vos.
Nunca vas a ser otra cosa que una rubia hueca, insípida, fácil, hipoalargénica, ignorate, pendeja y rellenita, por más gimnasio que pagues, gila.
Paloma negra de los excesos

 

3- ¿Sexo en el ámbito laboral? (30 palabras) 

 

Donde se come no se caga.
Srita Yañez

 

Incluso en las salidas nocturnas, el muy cretino del gerente seguía creyéndose sabio: "¿las lesbianas?... nunca conocieron un buen macho".
Capté la mirada cómplice entre Lucía y Julieta, y desesperé.
demian.
 

Sexo en el trabajo sí. pero poniendo las cosas en claro desde un principio:
si se entera alguien no te cojo más, ok?
Fabián Preciado

 

donde se come....no se come, es ley...
prefiero un telo gracias.
Sole

 

Laburaba en un bar y ya lo dijo Sabina, que sean cariñosas con los clientes las camareras. Nada, pero nada mal? En oficinas he trabajado bastante, pero ¿trajes? no, paso.
Paloma negra de los excesos

 

Escarbando en mis memorias recuerdo un fin de semana con poca gente... una guardia, ambiente propicio para los deleites carnales. La pasión y la juventud son una combinación explosiva y el uso del escritorio como lecho, ya de por si excita. De más está decir que abollamos un archivero en los ardorosos vaivenes de la pasión. ¿Luego de 12 horas?, mis ojeras eran múltiples.
RGLD

 

4- ¿Cuáles son el peor y el mejor laburo del mundo?

 

Como hombre, y creo que muchos estarán de acuerdo, no hay mejor laburo que el de actor porno…la pasás bomba y encima te hacés unos mangos….
El peor laburo, también es el de actor porno cuando hay escasez de actrices porno, vos pensabas que la ibas a pasar bomba pero resulta que ahora te tenés que romper el cul….(literalmente) y poner la mejor cara de felicidad….
Javier Sordo

El peor trabajo es el mío, donde la chatura y vacuidad es ley, elevado a su más alto standard, y el mejor trabajo es aquel que me permita vivir disfrutando de aquello que reconforta mi espíritu, y alimenta mi vida y desafía mi inteligencia.
RGLD

El peor laburo del mundo: casi todos. el mejor: me gustaría trabajar de Fidel Castro (ahora no porque está un poco jodido. que va hacer, llegué tarde).
Fabián Preciado

Para alguien como yo el peor trabajo del mundo sería una guardería o animar fiestitas infantiles, y el mejor, indudablemente vivir de la escritura.
Paloma negra de los excesos
 

Mejor laburo: corresponsal de una revista de viajes... los odio! (sanamente...). Peor laburo: dstapador de cloacas... Pero hay gente pa' todo... quizas ellos tambien aman su caca, digo, su trabajo...
Srita Yañez

 

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AGRADECIMIENTOS

 

mei

Xime Russell, ¡feliz cumple!

Nahuel Valcarce

Chevy Pérez

Julián Cánepa
Carlos Pereiro

Mauro Oliver

Fede, Agus y Santi Güerri

Mariano Fiszman

Santiago Sylvester

Alejandro Méndez

José Esses

Soledad Blanco
Buby Kofman

Priscilla Decoufled

Nico Schuff

Carlos Ardohain

Gabriel Tosar

Laura Dillon

Javier Adúriz
Romina Freschi

Alfredo Lemon

Lautaro Lupi

Francisco Javier Cubero
Nilipe

A los que preguntaron por el taller por compu.

A los que se anotaron.

A quienes nos mandan buenas vibras.

 


 

SUSCRIPCIONES

 

A la cuñada del hermano de la chica esa de la que tanto habló, también le puede gustar. Mandeseló que no cuesta nada.

 

Si desea su Ñusleter gratis, 

pídalo así: "Yo También Quiero" a niusleter@niusleter.com.ar

 

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