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-hay equipo-

 

 


 

"Fútbol

Son veintidós muchachos, las rodillas

al aire, olor a magulladas hierbas.

El público, los ojos asombrados,

el fuerte gozne articular observa,

la poderosa valva de la rótula,

los tendones, tirantes como cuerdas.

 

Van y vienen los trajes de colores,

ahora da uno una patada épica,

algo vuela hacia el sol, y no se sabe

si es la pelota o si es la misma tierra."
Baldomero Fernández Moreno

 


 

ÍNDICE

 

RESPUESTAS 

CUALQUIERA | El fútbol atorrante |

ENCUESTA

DEFINICIÓN | Pelota |
PROSA | El penal más largo del mundo | Osvaldo Soriano |  
ETIMOLOGÍA | Tribu | 

ÑUSLETER en VIVO | Despacito |

SUSCRIPCIONES | Gol de oro |

GRAFFITTI  
AGRADECIMIENTOS

CONTACTO | niusleter@niusleter.com.ar | 

 

Ñusleter 24hs
 


 

RESPUESTAS

 

¿Qué se puede hacer durante el mundial, aparte de respirar el mundial? (¿30 palabras?)

 

Ir a Reno con Remo en una canoa a remo, remando hasta el remanso del río y remar hasta el primer gol de marfil, renegando remal y navegar, renavegar, y remar, hasta la victoria siempre.
Estela

 

Respirar, asfixiar, aspirar, agarrar (con mano de garra), dejar ir, escuchar, percibir, fintear, reciclar, denostar, recular, inventar, transgredir, reinventar, tragar, regurgitar, vomitar, revelar, rebelar y, finalmente, cagarnos en el mundial.
Araceli Zúñiga
desde México.

 

Te podés encerrar en un sótano con víveres para vivir un mes y cable para ver utilísima. Irte a Calafate y ver si podés nadar ida y vuelta hasta el glaciar. Loco, no seamos tan extremistas, ¡es un mes cada cuatro años! Hay cosas peores... como por ejemplo Tinelli. Y es mucho mas seguido.
Nacho (el mismo de la otra vez).

 

Durante la época del mundial además de respirar mundial, ver mundial, hablar mundial y sentir mundial es un buen momento para comer picadas, asados y tomar vino.
Rodrigo Pelliza

a Tope | 24hs
 


 

CUALQUIERA

 

El fútbol atorrante

Una receta para ganar siempre

 

   No se trata de un esquema posicional. Es algo sentimental.

   A tomar nota los técnicos, porque esta receta nunca falla.

   Pues bien: sostengo que el afecto entre los integrantes de un equipo, lo torna invencible.

   Por eso no debemos burlarnos socarronamente de aquellos que hablan del "grupo humano". Algo sospechan estos caballeros.

   Yo recién lo descubrí hace poco. Una frase de Menotti me lo reveló.

   El flaco le puso nombre a algo que yo sentía desde hacía mucho tiempo.

   ¿Por qué uno quiere en su equipo a ciertos tipos?

   ¿Porque juegan bien? ¿Porque se adaptan mejor al juego de uno? No. Uno los elige porque los quiere más. Ahora lo sé bien. Y sé que nunca podría jugar un buen partido con compañeros a quienes detestara. Es así.

   Uno está dispuesto a alentar al que se equivoca, si hay afecto.

   Uno ayuda al que está en apuros, si hay afecto.

   Uno se mata cuando escucha al amigo que le grita "Bien, Negro".

   Y este afecto, este viril cariño, es lo mejor que tiene el fútbol.

   Este juego, señores, no es una escuela de vida, ni una filosofía, ni una cosmovisión, como pretenden hoy en día los deportistas presuntuosos. Pero el solo hecho de aprender a cinchar por un fin común y sacar la cara por el compañero basta para recomendar su práctica con todo calor.

 

   El puntero llega al fondo de la cancha. Se dispone a lanzar centro. Yo estoy en el medio del área. Muy marcado. El puntero no centrea. Elude a su marcador y se viene hacia el área. Uno de los que me marcaba lo va a buscar. En ese momento me la toca. La pelota viene rasante, firme. Yo presiento algo detrás mío. Amago el remate, pero abro las piernas y la dejo pasar. A mis espaldas entra, imparable, el compañero. Le pega un derechazo terrible. Gol.

   Cuando vuelve me guiña el ojo. Al pasar me toca, apenas. Casi sin mirarlo le digo "Bien, che".

   He pensado en él. He confiado en él. Somos amigos. Soy feliz.

   Buenas tardes.

 

 

Alejandro Dolina
Extraído de la revista Humor, N° 7, de diciembre de 1978.  

 

a Tope | 24hs


 

ENCUESTA

 

En 60 palabras, relate un gol que haya metido (no sólo de fútbol).

 

Envíe sus respuestas a: niusleter@niusleter.com.ar

 


 

DEFINICIÓN

 

PELOTA: Primitivo bote americano de forma esférica hecho con un cuero vacuno.
J. M. Paz, Memorias [1855], 1957,41: Llegamos al río Corrientes, al paso ya referido, y solo encontramos dos muy malas canoas, que nos habían de servir de balsa para pasar la tropa, artillería y municiones; felizmente la mayor parte de la gente sabía nadar y hacer uso de lo que llamamos pelota.
2. plural vulgar. Testículos.
L. Heker, Zona, 1987, 280; ¿Pero había comprendido la imbécil, la que ahora derramaba absurdas lágrimas sobre las despreocupadas pelotas del hirsuto, todo el amor que encerraban las palabras de él?
3. plural figurativo vulgar. Coraje. Usado con el verbo tener.
J. Loubet, Caminos, 1981, 217: Así que se borró, ¿eh? Ya me parecía que no tenía pelotas.
 

~ ¡a la pelota! (o ¡a la pelotita!). interjección vulgar. Expresión con la que se manifiesta asombro.

E. Goldar, Vida, 1980, 150: Frases famosas como "¡a la pelotita!" y sus derivaciones alarmantes están tomadas de vendedores de la calle Florida.

 

~ cantársele (a alguien) las pelotas. frase figurativa vulgar. Hacer alguien lo que se le antoja.
Maga, 09.02.1994: No es el estereotipo del ídolo al que después la fama lo obliga a ser como se espera que sea. Este no, Maradona es como se le cantan las pelotas a él.

 

~ dar en las pelotas. frase figurativa vulgar. dar en las bolas.
G. Rozenmacher, Cuentos, 1971, 128: Hace bien, tiene que cuidarse. Es un señor: a ustedes les da en las pelotas que sea el líder: yo sé que también te da en las pelotas que yo afane a veces para vivir, para comprar armas.

 

~ dar pelota, frase figurativa vulgar. dar bola.
P. Rojas Paz, Mármoles, 1954,200: [...] ese no va a casa; se corta solo y no da pelota a nadies.
 

~ en pelotas. en bolas, desprotegido, sin recursos. Usado con los verbos estar, quedar, dejar.
Voz, 07.05.2002: Por qué no hacerlo, si los políticos nos han dejado en pelotas a todos los argentinos.
 

~ hincha pelotas. Persona molesta y fastidiosa.
Página/12, 22.12.2000: Con la bata es más hincha pelotas todavía, muy meticuloso.
~ hinchar las pelotas. dar en las bolas.
I. Blaisten, Acecho, 1995, 173: El joven cuentista había hinchado tanto las pelotas que al final habían hecho la bendita "reunión de trabajo".
 

~ pasar pelota. dar bola.
Clarín Rev.: 22.06.1975: [...] hay gente a la que uno nunca le pasa bola o pelota (la ignora) precisamente porque es gente embolante (hartante).
 

~ rompe pelotas. hincha pelotas.
Página/12, 08.01.2001: ¿Y cómo dejaste que alguien lo editara, lo musicalizara, si vos con eso sos bastante rompe pelotas?
~ romper las pelotas. dar en las bolas.
J. Carnevale, Impostergable, 1971, 37: Me estás empezando a romper las pelotas, Hugo -dijo Ricardo terminando de sacar un atado con tres cigarrillos a la miseria.
 

~ tener las pelotas llenas. Estar harto molesto.
Página/12, 20.04.2002: La verdad, estoy harto de la división, me tiene las pelotas llenas.


Del Diccionario del habla de los argentinos.
 

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PROSA

 

El penal más largo del mundo

 

    El penal más fantástico del que yo tenga noticia se tiró en 1958 en un lugar perdido del valle de Río Negro, en Argentina, un domingo por la tarde en un estadio vacío. Estrella Polar era un club de billares y mesas de baraja, un boliche de borrachos en una calle de tierra que terminaba en la orilla del río. Tenía un equipo de fútbol que participaba en el campeonato del valle porque los domingos no había otra cosa que hacer y el viento arrastraba la arena de las bardas y el polen de las chacras.
    Los jugadores eran siempre los mismos, o los hermanos de los mismos. Cuando yo tenía quince años, ellos tendrían treinta y me parecían viejísimos. Díaz, el arquero, tenía casi cuarenta y el pelo blanco que le caía sobre la frente de indio araucano. En el campeonato participaban dieciséis clubes y Estrella Polar siempre terminaba más abajo del décimo puesto. Creo que en 1957 se habían colocado en el decimotercer lugar y volvían a sus casas cantando, con la camiseta roja bien doblada en el bolso porque era la única que tenían. En 1958 empezaron ganándole a Escudo Chileno, otro club de miseria.
    A nadie le llamo la atención eso. En cambio, un mes después, cuando habían ganado cuatro partidos seguidos y eran los punteros del torneo, en los doce pueblos del valle empezó a hablarse de ellos.
    Las victorias habían sido por un gol, pero alcanzaban para que Deportivo Belgrano, el eterno campeón, el de Padini, Constante Gauna y Tata Cardiles, quedara relegado al segundo puesto, un punto más abajo. Se hablaba de Estrella Polar en la escuela, en el ómnibus, en la plaza, pero no imaginaba todavía que al terminar el otoño tuvieran 22 puntos contra 21 de los nuestros.
    Las canchas se llenaban para verlos perder de una buena vez. Eran lentos como burros y pesados como roperos, pero marcaban hombre a hombre y gritaban como marranos cuando no tenían la pelota. El entrenador, un tipo de traje negro, bigotitos recortados, lunar en frente y pucho apagado entre los labios, corría junto a la línea de toque y los azuzaba con una vara de mimbre cuando pasaban a su lado. El público se divertía con eso y nosotros, que por ser menores jugábamos los sábados, no nos explicábamos como ganaban si eran tan malos.
    Daban y recibían golpes con tanta lealtad y entusiasmo, que terminaban apoyándose unos sobre otros para salir de la cancha mientras la gente les aplaudía el 1 a 0 y les alcanzaba botellas de vino refrescadas en la tierra húmeda. Por las noches celebraban en el prostíbulo de Santa Ana y la gorda Leticia se quejaba de que se comieran los restos del pollo que ella guardaban en la heladera. Eran la atracción y en el pueblo se les permitía todo. Los viejos los recogían de los bares cuando tomaban demasiado y se ponían pendencieros; los comerciantes les regalaban algún juguete o caramelos para los hijos y en el cine, las novias les consentían caricias por encima de las rodillas. Fuera de su pueblo nadie los tomaba en serio, ni siquiera cuando le ganaron a Atlético San Martín por 2 a 1.
    En medio de la euforia perdieron, como todo el mundo, en Barda del Medio y al terminar la primera rueda dejaron el primer puesto cuando Deportivo Belgrano los puso en su lugar con siete goles. Todos creímos, entonces, que la normalidad empezaba a restablecerse. Pero el domingo siguiente ganaron 1 a 0 y siguieron con su letanía de laboriosos, horribles triunfos y llegaron a la primavera con apenas un punto menos que el campeón.
    El último enfrentamiento fue histórico por el penal. El estadio estaba repleto y los techos de las casas también. Todo el mundo esperaba que Deportivo Belgrano repitiera los siete goles de la primera rueda. El día era fresco y soleado y las manzanas empezaban a colorearse en los árboles. Estrella Polar trajo más de quinientos hinchas que tomaron una tribuna por asalto y los bomberos tuvieron que sacar las mangueras para que se quedaran quietos.
    El referí que pitó el penal era Herminio Silva, un epiléptico que vendía las rifas del club local y todo el mundo entendió que se estaba jugando el empleo cuando a los cuarenta minutos del segundo tiempo estaban uno a uno y todavía no había cobrado la pena por más que los de Deportivo Belgrano se tiraran de cabeza en el área de Estrella Polar y dieran volteretas y malabarismos para impresionarlo. Con el empate el local era campeón y Herminio Silva quería conservar el respeto por sí mismo y no daba penal porque no había infracción.
    Pero a los 42 minutos, todos nos quedamos con la boca abierta cuando el puntero izquierdo de Estrella Polar clavó un tiro libre desde muy lejos y se pusieron arriba 2 a 1. Entonces sí, Herminio Silva pensó en su empleo y alargó el partido hasta que Padini entró en el área y ni bien se le acercó un defensor pitó. Ahí nomás dio un pitazo estridente, aparatoso y sancionó el penal. En ese tiempo el lugar de ejecución no estaba señalado con una mancha blanca y había que contar doce pasos de hombre. Herminio Silva no alcanzó siquiera a recoger la pelota porque el lateral derecho de Estrella Polar, el Colo Rivero, lo durmió de un cachetazo en la nariz. Hubo tanta pelea que se hizo de noche y no hubo manera de despejar la cancha ni de despertar a Herminio Silva. El comisario, con la linterna encendida, suspendió el partido y ordenó disparar al aire. Esa noche el comando militar dictó estado de emergencia, o algo así, y mandó a enganchar un tren para expulsar del pueblo a toda persona que no tuviera apariencia de vivir allí.
    Según el tribunal de la Liga, que se reunió el martes, faltaban jugarse veinte segundos a partir de la ejecución del tiro penal y ese match aparte entre Constante Gauna, el shoteador y el gato Díaz al arco, tendría lugar el domingo siguiente, en el mismo estadio a puertas cerradas. De manera que el penal duró una semana y fue, si nadie me informa lo contrario, el más largo de toda la historia. El miércoles faltamos al colegio y nos fuimos al pueblo vecino a curiosear. El club estaba cerrado y todos los hombres se habían reunido en la cancha, entre las bardas. Formaban una larga fila para patearle penales al Gato Díaz y el entrenador de traje negro y lunar trataba de explicarles que esa era la mejor manera de probar al arquero.
    Al final, todos tiraron su penal y el Gato atajó unos cuantos porque le pateaban con alpargatas y zapatos de calle. Un soldado bajito, callado, que estaba en la cola, le tiró un puntazo con el borceguí militar y casi arranca la red. Al caer la tarde volvieron al pueblo, abrieron el club y se pusieron a jugar a las cartas. Díaz se quedó toda la noche sin hablar, tirándose para atrás el pelo blanco y duro hasta que después de comer se puso un escarbadientes en la boca y dijo:
    -Constante los tira a la derecha.
    -Siempre -dijo el presidente del club.
    -Pero él sabe que yo sé.
    -Entonces estamos jodidos.
    -Sí, pero yo sé que él sabe -dijo el Gato.
    -Entonces tírate a la izquierda y listo -dijo uno de los que estaban en la mesa.
    -No. Él sabe que yo sé que él sabe -dijo el Gato Díaz y se levantó para ir a dormir.
    -El Gato esta cada vez más raro -dijo el presidente del club cuando lo vio salir pensativo, caminando despacio.
    El martes no fue a entrenar y el miércoles tampoco. El jueves, cuando lo encontraron caminando por las vías del tren estaba hablando solo y lo seguía un perro con el rabo cortado.

    -¿Lo vas a atajar?- le preguntó, ansioso, el empleado de la bicicletería.
 

Sépalo con un clic.


Osvaldo Soriano nació en 1943, en Mar del Plata. A los treinta publicó su primera novela: Triste, solitario y final. En el '76, tras el golpe militar, se exilió en Bélgica, luego en Francia (donde con Julio Cortázar coeditó la revista Sin censura), y regresó a Buenos Aires en el '84. Tres novelas suyas fueron llevadas al cine: Cuarteles de invierno (1983), No habrá más penas ni olvido (1983), Una sombra ya pronto serás (1990). También publicó los volúmenes de cuentos y relatos Artistas, locos y criminales (con artículos publicados en el diario La opinión), Rebeldes, soñadores y fugitivos, y Cuentos de los años felices (con relatos publicados previamente en el diario Página 12), y las novelas A sus plantas rendido un león ('88), El ojo de la patria ('92), La hora sin sombra ('95) y Piratas, fantasmas y dinosaurios ('96). Fue traducido a más de diez idiomas. Murió en Buenos Aires en 1997. Póstumamente apareció Memorias del Míster Peregrino Fernández y otros relatos. 

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ETIMOLOGÍA

 

TRIBU, 1490 (y ya alguna vez en el S. XIII). Tomado del latín tribus 'cada una de las divisiones tradicionales del pueblo romano'.

DERIV. Tribuno, hacia 1275, del latín tribunus 'magistrado de tribu'; tribuna, hacia 1440, del bajo latín tribuna ídem, propiamente 'púlpito del tribuno'; tribunal, 1495, del latín tribunal; tribunicio, 1444.
 


 

ÑUSLETER en VIVO

 

-Caliente. En cualquier momento entra. Adentro y afuera, desde la izquierda o la derecha, pruebe todas las posiciones. Tiene total libertad. Vaya al frente nomás, meta con confianza. Trate de sacarse las marcas y pedir. Donde vea un hueco, encare, o levante la cabeza a ver quién viene. Mantenga la calma, pero no se quede quieto. Vamos, juegue, juegue.

 

Grandes individualidades; juego asociado.

Taller Literario. Encuentros de leer y escribir.

 

Alientan: Fernando Aíta y Alejandro Güerri

Más información: acá

Consultas: niusleter@niusleter.com.ar

 


 

GRAFFITTI

 

"Tangerine: Te parto en mil gajos". En Zapiola al 1300 (Colegiales).

 

"Die, Pocho: Gracias x estos años de amistad. Mencho". En Trelles al 1500 (¿Paternal?). Lo vio mei.

 


 

SUSCRIPCIONES

 

Esta semana Mariano Valcarce, Soporte Técnico, se suscribió a Ñusléter. 

 

Si desea recibir Ñusleter gratis, 

envíenos un mensaje con asunto "Yo También Quiero" a niusleter@niusleter.com.ar

 

Si no desea recibir Ñusleter más, 

con asunto "Ya Estoy Harto" a niusleter@niusleter.com.ar

 

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AGRADECIMIENTOS

 

Nahuel Valcarce, feliz, feliz

Daro Cánovas

Daniel Liñares
mei

Gonzalo Cazas

Hugo Mendez

Martín Szyszlikan

Carlitos Tévez

Javier Saviola
Anía Sambuco
A los muchachos del fútbol de los jueves.

a Tope | 24hs


 

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