Ñ u s l e t e r


-mensaje platónico-sensual de divulgación literaria-

#54

 

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"El precio de la inmortalidad, por supuesto. ¿Por qué habrás pensado en estas cosas? Yo lo hice. Pensar no es suficiente. Nada lo es. No hay un final con suficiente sabiduría, experiencia... cualquier jodida cosa. No hay Cáliz Sagrado, ni Satori Definitio, ni solución final. Sólo hay conflicto. La única cosa que puede resolver el conflicto es el amor, como el que yo sentí por Fletch y Ruski, Spooner y Calico. Puro amor.
Lo que siento por mis gatos ahora y antes.
¿Amor? ¿Qué es Eso?
El más natural calmante que existe.
AMOR."
William S. Burroughs


ÍNDICE

PROSA | Bajo la túnica | Gustavo Henao Chica |
TALLER LITERARIO | Festejante |
ENCUESTA
POEMAS | Definiendo el amor | Francisco Quevedo | | Transmigración | Jotamario Arbeláez |
DEFINICIÓN | Engañapichanga |
CUALQUIERA | Test |
GRAFFITTI
RESPUESTAS | Frases para alegrar a una persona internada |
AGRADECIMIENTOS
SUSCRIPCIONES | Fans Club |


PROSA

Bajo la túnica

    Estábamos allí en la posición de loto, formando un círculo y pronunciando mantras trascendentes. Tú sentada al lado de Henry con los ojos cerrados. En esos días éramos realmente espirituales, cuando salíamos a la calle yo caminaba como por el aire, hacía parsimoniosos mis pasos y los movimientos generales del cuerpo, tal vez para que la gente se fijara y dijera: "Ese es un joven espiritual". Me agradaba estar a tu lado, el calor salido de tu cuerpo fue siempre una fuerza que me traspasaba, a veces meditando aunque estuvieras en medio de Henry y Luz Elena, podía sentir la diferencia entre tu calor y el de los demás, creí también que tú diferenciabas el mío; en varias oportunidades cuando entreabría los ojos para mirarte, encontraba tu mirada, ambos sonreíamos porque nos habíamos descubierto infringiendo las reglas de la meditación. La primera vez creo que enrojeciste cuando al abrir tus ojos, los míos ya te estaban viendo.
    Al recordar se hace presente el tiempo en que me interné para realizar prácticas más profundas. Fui sometido por varios días a permanecer en silencio; escuchar y reflexionar, algo difícil para mí que he sido tan conversador. Aproveché para darle mayor atención a tus movimientos, si ibas al baño, dejabas la puerta medio abierta, yo calculaba el tiempo o por el silencio de la ducha imaginaba que te estabas secando, entonces pasaba por ahí, no detenía el paso pero llevaba en el pensamiento el recuerdo de tus pechos pequeños todavía húmedos. Si estábamos comiendo movías los labios y la lengua de un modo que no era natural. "Una manera esotérica de masticar", ésta y otras ocurrencias formaban parte de mis hondas reflexiones. Al cumplir la semana de mi internado, te interesaste por dormir en el mismo lugar donde yo lo hacía, aquello fue definitivo, algo que tomé como una prueba. De los discípulos internos, tú eras la más antigua, yo era sólo un aspirante.
El lugar para dormir era el mismo donde estaba ubicada la biblioteca: un salón recogido que tenía todo en madera; mis sueños eran en el piso acostado boca arriba con los brazos a los lados o sobre el pecho, abrigado por una sábana que arrojaba siempre. Frío no había en el sitio. El cuerpo amanecía como plano, al despertarme demoraba varios minutos en tomar conciencia de los músculos, la espalda se me hacía horizontal como las tablas. Cuando empezaste a dormir allí fingía leer, te observaba hasta verte en sueño profundo. Mi sábana se posaba sobre ti.
    Es cierto que me inspirabas respeto, pero no podía dejar de fijarme en tus piernas de pantorrillas bien delineadas, en tu boca que aún cerrada parecía tener el comienzo de una sonrisa. Disfruté al mirarte. Tu rostro impedía la presencia del sueño. Dejabas lugar y sábana para mí, en esas noches permanecía en la misma postura buscando no incomodarte. En algunas mañanas tu cabeza sobre mi pecho me turbaba, no sabía qué hacer, mantenía la respiración como un gran Yogui, lenta, pausada, el corazón aminoraba el ritmo, no dormía más, preocupado por lo que pensarías si despertabas en ese lugar al que seguramente te había llevado en mis sueños. Sólo cuando te retirabas volvía a respirar con ganas y a desperezarme como recién despierto. Una noche sentí tu mano sobre mi abdomen, los dedos iban y venían. -Estoy inventando, -me dije- es una ilusión. No podía ser tu mano la que estaba ahí. Por varios días quise convencerme de que aquello había sido un espejismo alimentado por mis deseos.
    Henry no se quedaba en la institución porque era un discípulo externo, esto significaba que no vivía en el lugar, pero era uno de los más avanzados en el conocimiento. Llegaba temprano, se colocaba la túnica de lino e iba al salón de prácticas, cuando nos reuníamos él estaba sentado frente al incienso, a la entrada del salón permanecían sus zapatos esperándolo, a un lado dejábamos los nuestros, la alfombra me acariciaba los pies. Al colocarme la túnica algo se apoderaba de mí, una sensación que podría explicarse como tranquilidad, me sentía bueno, etéreo. Imaginaba que Henry, siendo un hombre más evolucionado que yo, debía sentir cosas superiores y quizá por eso iba temprano. Mientras nos disponíamos para la práctica centraba mis ideas en los objetos del lugar: el incienso colocado en un soporte de arcilla en medio del salón, la estatua del Budha tal como han pensado que era después de varios años de riguroso ascetismo, con la piel adherida al hueso, el pequeño gong y escrita en la pared del fondo la frase tomada del frontispicio del templo de Apolo de Delfos: ¡Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al universo y a los dioses!
    En el rostro de mis compañeros se miraba un aire de misticismo, de especial, parecían seres diferentes a los otros mortales; cerraban los ojos o dejaban ir la mirada al vacío, al pronunciar las frases de memoria o leídas de un texto sagrado, los veía como elevándose, saliendo de este mundo, divinizados. Pensé que a mí era al único del grupo al que lo divino no le llegaba, porque mis pensamientos seguían siendo lógicos, racionalistas. Verlos tan ensimismados, ausentes del mundo material llegó a ponerme alerta frente a la validez de mis convicciones, los sentidos, a ellos el mundo material no podía tocarlos. Consideré mi existencia como la más burda y material.
Cuando concluía la meditación yo era el primero en abrir los ojos y mover el cuerpo, para mis músculos voluminosos y nada flexibles, esa postura resultaba absolutamente torturante; en cambio ellos tenían una cara de felicidad, de placidez, de regocijo, nada parecido a las muecas mías tratando de acomodar el cuerpo. Llegué a obsesionarme con la idea de lograr el grado de superación de mis compañeros, me dediqué con disciplina a ser mejor, pero el camino de la contemplación tiene exigencias que no siempre uno está en condiciones de cumplir: en un principio el ayuno y el silencio me afectaron, acostumbrado como estaba a comer con sal y sabores, aquellos alimentos espirituales, vegetarianos, me resultaban de náusea, por eso, aunque no estuviéramos ayunando, dos comidas de esas al día eran insuficientes.
    Hoy en pensamiento veo tu cara cuando te conté aquella travesura mía: "He comprado un paquete de gelatina negra, para que comamos en la noche", dije haciéndome el misterioso. No controlaste la demostración de enojo, fue como si te hubiese dicho algo obsceno. Con la cara congestionada y las manos temblorosas me hiciste sentir que los seres superiores también se enfurecen.
    Hube de reprocharme esa indelicadeza. Encerrado en el baño engullí la gelatina que había comprado para los dos, pensando en las palabras que utilizaría para disculparme.
    Sin comentarlo tomé a Henry y a ti como mis maestros y cuando estábamos en algún acto público, ya fuera una conferencia o un cine-foro, las conclusiones a las que llegaba eran las mismas: si la conferencia o el cine-foro tenían tu dirección o la de Henry, la sensación era que estaban muy por encima de las personas que acudían al programa, que a ustedes el mundo ilusorio no los poseía; si era yo el responsable de la actividad, el tema presentaba algunos toques de timidez e inseguridad y si alguien deseaba hablarme al final, lo remitía según el caso a Henry o a ti, porque la gente deseaba un consejo o respuestas exactas sobre cosas de las que yo dudaba, en cambio tú, con esa voz para arrullar querubines y la fina manera de mover las manos en las explicaciones y Henry con esa barba que infundía respeto, eran las personas ideales para responder a preguntas de tipo espiritual.
    En varias ocasiones se presentaron personas a la institución a preguntar por mí, gracias a una referencia de alguien que me conocía, y yo continuaba barriendo o dedicado a otra labor, después de responderles que no me encontraba.
    Haciendo esos trabajos que me asignaron: el aseo en las dos habitaciones, la biblioteca, el baño, el salón de prácticas y la sala de conferencias, además de colocar la música y mantener encendido el fuego, me impregné de ese ambiente, por eso al pasar por sitios donde siento olor a incienso, suelo quedarme un poco para vivir la nostalgia. Si observo a un chico y a una muchacha que cuando oyen hablar de cosas espirituales o que cuando leen se les llenan los ojos de lágrimas, conmovidos por el mensaje así este no sea profundo, recuerdo esa imagen nuestra, pero busco en ese chico y en esa muchacha el paquete de gelatina negra para estar seguro.
    La última vez que abrí los ojos para mirarte, me había sentado primero que los otros antes de iniciar la práctica. Mi corazón se movía de afán y en el resto de mí todo era desgano. Al salir del cuarto después de colocarme la túnica, quise entrar al baño, la puerta estaba entreabierta como otras veces, pero Henry te acompañaba, tenías la túnica subida hasta el muslo y la mano de Henry se perdía entre la tela y la piel, tus labios delgados, que yo había querido besar, mientras dormías, lo besaban a él; no fui capaz de mirar la dirección en los movimientos de tus manos.
    En el círculo te miré para ver si abrías los ojos, pero no, estabas ida, en otro mundo, no pronunciabas el mantra, tus labios temblaban, creo que habías llegado a la iluminación. No volví a mirarte.
    Terminamos la práctica y salimos a pegar unos afiches, me hablabas y te respondía con monosílabos, si me hubieses preguntado por qué, te habría respondido que estaba sintiendo la misma sensación que me embargó de pequeño, al enterarme de que el Niño Dios era mi padre.
 

Gustavo Henao Chica nació en Jericó, Colombia, en 1957. Comenzó escribiendo artículos sobre cine y dictando conferencias en un centro filosófico. Colabora asiduamente con revistas y periódicos, y se dedica a la educación. Publicó varios volúmenes de cuentos, que le valieron más de un premio en su país: Historias en agua y tierra, La vida en especial, Alegría y soledad, Cuentos para leer en el crepúsculo (antología, de donde procede el anterior).

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TALLER LITERARIO

    Empecé un taller hace 9 años con un tipo que lo da en un bar del centro y todavía no consigo plasmar mis sentimientos, ni expresar lo que pienso con corrección y sin faltas de ortografía. Me ciento un pelotudo. Y lo que mas me molesta es que la piva que lo hase conmigo no entienda las indirectas que le tiro. Escribo solo para ella.

¡Basta de palabras! Taller Literario. Encuentros semanales de lectura y escritura.

Taller Literario. Encuentros semanales de lectura y escritura.

Coordinan: Fernando Aíta y Alejandro Güerri

Para más información, comunicarse al 4896-0140 o al 4205-4284.
O a las siguientes direcciones:

niusleter@niusleter.com.ar


ENCUESTA

1 - ¿Qué prefiere la fantasía de lo promisorio o la realidad de la consumación?

2 - ¿Qué ventajas tiene el "amor platónico"?

3 - ¿Con qué representa al amor (o amores, y, si quiere, en qué aspecto)?

una herramienta:
un animal:
una figura geométrica:
una música (estilo y/o canción):
un cuadro:
una película:

Envíe sus respuestas a: niusleter@niusleter.com.ar


POEMAS

Definiendo el amor

Es yelo abrasador, es fuego helado.
Es herida que duele y no se siente.
Es un soñado bien, un mal presente
En un breve descanso muy cansado;

Es un descuido que nos da cuidado,
Un cobarde con nombre de valiente,
Un andar solitario entre la gente,
Un amar solamente ser amado;

Es una libertad encarcelada,
Que dura hasta el postrero parosismo;
Enfermedad que crece si es curada.

Este es el niño Amor, éste es su abismo.
¡Mirad cual amistad tendrá con nada
El que en todo es contrario de sí mismo!


Amor constante más allá de la muerte

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de eotra parte, en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama la agua fría
Y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Médulas que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán cenizas, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.


Francisco de Quevedo y Villegas
nació en 1580, en Madrid. Falleció en 1645. Escribió libros de sátiras como El Buscón o Los Sueños, tratados políticos, teológicos y filosóficos como La política de Dios y gobierno de Cristo nuestro Señor o Marco Bruto, y numerosos poemas (a menudo clasificados en satíricos, amatorios, filosóficos, religiosos; sus sonetos son memorables). Fue archirival de Góngora con quien se atacaban mutuamente en ingeniosos poemas.

Transmigración

"Cuando la vida humana
desaparezca del planeta
y yo resida en una piedra
y tú en los nervios de una hoja
recordarás que te lo dije
cuando jugábamos al cuerpo
déjame amarte que más tarde
tiempo tendremos para el resto".


Jotamario Arbeláez
, nacido en Cali, Colombia, en 1940, de profesión publicista, reside en Bogotá y escribe una columna semanal para el periódico El Tiempo de esa ciudad. Perteneció al movimiento conocido como "Nadaísmo", del cual es uno de los miembros más destacados.

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DEFINICIÓN

ENGAÑAPICHANGA: amb. Ardid o cosa con que se distrae o engaña.
R.J. Payró, Aventuras, [1910], 1957, 71: [...] me pidió que se la hipotecara con pacto de retroventa. Naturalmente, esto era "engañapichanga".
Nación, 27.07.2000: El plan de la SEPI -agregó- es un engañapichanga. Se ha planteado como si (lo de los empleados) fuera determinante, pero es nada comparado con los costos de la empresa.
Garzón, 1910, p. 187; Segovia, 1911, p. 205; Santillán, 1976, p. 192; Solá, 1950, p.149; Teruggi, 1974, p. 95; RHA, 1997, p. 73; Rodríguez, 1991, p. 114.

Leído en Diccionario del habla de los argentinos, Academia Argentina de Letras, Buenos Aires, 2003.


CUALQUIERA

Test N° 11: ¿Usted es independiente?
Piense bien en cada una de las afirmaciones y asígnele un "Cierto" o un "Errado", de acuerdo con su propia manera de sentir.

1- La persuasión es mejor que la disuasión.
2- Mis primeras impresiones son casi siempre exactas.
3- Yo sé lo que esperar de mi vida.
4- Las personas deben ser francas todo el tiempo.
5- Casi siempre busco el consejo ajeno antes de tomar decisiones importantes.
6- Tengo el derecho de luchar por lo que quiero en asuntos importantes.
7- Cuando percibo los sentimientos de mis amigos, mi tiempo se enriquece y mis emociones se amplían.
8- Todos debemos dejar fluir las emociones básicas como la tristeza, la alegría y la rabia.
9- Me quedo preocupado cuando mis opiniones no combinan como las de mis amigos.
10- Criticar a los otros es señal de madurez.
11- Religión y política son temas que me agradan discutir.

Respuestas:
Cuente el número de respuestas impares que tengan asignado "Cierto". Cuente el número de respuestas pares a las cuales le asignó "Errado". Sume todo.

Resultados:
- De 8 a 10: Usted es una persona sumamente sensible y bondadosa. Tanto que las personas abusan de su bonomía y no respetan su inteligencia.
- De 4 a 7: Este es un nivel normal. Usted es independiente, pero pide ayuda cuando lo necesita. Se preocupa por sí mismo de la misma forma que lo hace por los demás. En resumen: usted es una persona normal con todas sus virtudes y defectos propios de la normalidad.
- De 1 a 4: Usted es una isla, con una escasa consideración por los otros. Su independencia extrema y sus actitudes egoístas pueden causarle dificultades.

Tomado, posta, del libro Para conocerse mejor, Héctor A. Romay, Ediciones Gráficas del Trébol, Argentina, 1995.

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GRAFFITTI

"Mira la masa de lejos moverse y nada es tan perspicaz como no ser parte de ella". En Conde y Teodoro García (Colegiales).

En el pizarrón de un barcito, Pte. Luis Saenz Peña y Humberto 1º: "Canelones al arrocini: $4.50.-" Enviado por Carlos Carpintero

"Hey John, Djá ya d MNtir, TNs el pilin corto. Claudia" En una pared cercana al CyberNatalia.com, con aerosol plateado que resalta sobre el fondo negro. Enviado por Gastón desde Michel, Asunción, Paraguay.

"Pimpollito: Nunca me faltes. Por siempre tuya" Y un solcito sonriente por firma. Visto en Ricardo Gutierrez y Suárez, Dock Sud.


RESPUESTAS

1 - ¿Se le ocurren tres frases para alegrarle la tarde a una persona que está internada?

Sonreí, por lo menos vos ya estás acá dentro y por tus propios medios. Con tanto político queriendo ganar la gobernación  sacando rédito con la violencia, tenemos una floreciente "industria sin humo" con fines proselitistas (mejor ni preguntes quien será el cerebro): si no te violan por encargo, te roban y si no te roban te deja de cama un patovica, te raptan o te matan si es que no te caes de un puente por culpa del colectivo con licencia vencida. Menos mal que no sos cana porque bajar a uno de la propia fila se paga doble y con "blanca" en estos momentos.
Diana Cegelnicki

"Nuestras vidas empiezan a terminar el día que silenciamos las cosas que importan." Martin Luther King
"Cuando pasas por la humillación cuando pasas por la enfermedad / Cuando pasas Yo soy mejor que vosotros / Cuando pasas por la ira y el auto-desprecio y tienes valor para reconocerlo / Cuando el pasado te da risa y no puedes saborear la magia / Que te permite sobrevivir a tu propia guerra / Te encuentras con que el fuego es pasión / Porque mas arriba hay una puerta, no un muro." Lou Reed
Con sólo una sonrisa se puede modificar un mundo...
María Eugenia Pérez

1) ...sí, la tarde está preciosa, el aire fresco, está como para dar una caminata a través de la plaza, tomar unos helados, y, después ir al cine a ver esa película tan taquillera que, justo hoy, sale de cartelera. Es una lástima que no puedes caminar, ¿verdad, Carlitos?
2) -¡Me alteran las personas que no saben reconocer la buena suerte que tienen! ¿Acaso sabés que no todas las personas pueden estar reposando en una cama, sin ir a trabajar, con el suero en las venas, los dolores intraestomacales y la ceguera temporal? !Qué envidia me das!
3) -Yo en tu lugar no me preocuparía en lo absoluto. La cirujía exploratoria que te harán sólo tiene un 99,9 % de tener como consecuencia la pérdida temporal de las piernas. Total, tres años sin caminar pasan volando.
Gastón Vegas

Si me pongo seria podría decirle que probablemente, es para mejor... Que todo pasa... 5x8 40 , te espero en la lechería... Sino, más que frases podría ser algún regalo, como en un cumpleaños... (me operaron una vez y recibí de todoooooooo... eso me hizo MUY bien) Y lo mejor, tengo mi chiste favorito para hacer feliz al internado al menos por 2 minutos. Lo voy a contar de manera escrita y ojalá cause el mismo buen efecto que cuando lo cuento personalmente... Iba un pibe re en pedo por la calle. Pero RE en pedo, el loco no se podía mantener en pie, se tambaleaba para todos lados!! Se iba riendo y chocando contra las paredes, hasta que de repente ve una monja: Una moja de esas con el trajecito laaaargo y negro hasta los pies!! y con la cosa en la cabeza que las tapa... El vago re mamado se queda sorprendido!!!! Y de golpe la empieza a cagar a piñas!!! patadas voladoras!! Páa!! la tira al piso y le entra a dar patadas... "tomáaaaaaa!!!!!" pfffffffff y la fajaba a morir pobre moja estaba tirada hecha bosta... Y el pibe seguía violento!! paaa!!! paa!! le daba y le daba - Hasta que se calma y le dice: "Daleeeeeeeee, levantate Ballllllllllllmaaaaaaaaannn!!!"
Bueno, hice mi mayor esfuerzo... Espero que no tengan internados, pero de ser así, prueben el chiste a ver si funciona... beso!
Lulita

-Acá te tratan como un rey, y no tenés que bancarte a tu familia más que una hora al día -Recién estás en coma 1, para el coma 4 falta... -Que suerte tenés!! qué buena está la enfermera!! (si es hombre) -Qué suerte tenés!! qué fuerte está el doctor!! (si es mujer)
Lucas Gravano

1) (A paciente varón). Todo está bien, el próximo domingo jugás de 9 para el equipo de Los Ángeles.
2) Recién me enteré, por tu médico, que no te quieren ni arriba ni abajo. Así que vamos a tener que seguir aguantándote.
3) Seguí por la misma que te traen a la pieza, mañana a la otra cama, a Julia Robert con distensión del aductor derecho.
4) (A paciente mujer). Curáte pronto que te extraña tu personal trainer.
5) Lo tuyo no es nada, si vieras que fea que está la "otra".
6) El enfermero que te va a higienizar atendió a Susana Gimenez.
Alberto Chamorro

Hummmm... qué rico café con leche! vos si que estás como querés...
Por lo menos a vos te atiende esa mina... cuando yo vine por mis hemorroides la enfermera era tan fea, tan fea, que cuando nació era prematura y le polarizaron la incubadora.
Qué bueno eso de ir al baño y no tener que moverte de donde estás! qué gran invento el papagayo, che! Vieja! Hay que comprarlo! ¿Este será de Sprayette?
Ezequiel Chaio

Hasta te limpian el culo, no te podés quejar!
che, qué lindo que está acá adentro, no sabés el frío que hace afuera
¿sabés que hoy leí en el diario que en el 2015 van a encontrar una cura para tu enfermedad?
El tano

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AGRADECIMIENTOS

Sé feliz, Mariano Valcarce, Soporte Técnico, alias "Palanca Pier", casi tres mil suscriptores te aman platónicamente.
Pilar Lagos
Luciano López Londoño
Rolando Revagliatti
Andrés Linetzky
Mauro Oliver
Pablo Franza
Mich Micenmacher
A papá y a mamá, en cualquier orden.
A 9 magníficos: Mariano Mancuso, Nicolás Iorio, Diego Cunill, Federico Ventafridda, Lucas Lo Bianco, Sebastián Pérez, Julián Cánepa, Felipe Boivin, Patricio Barbieri.
A un montón más.
Viejita menuda, vestida toda de negro que mendiga hace décadas en la calle Florida.
A los hare krishna que regalan galletitas y le ponen color a las calles (en invierno está fresco para túnica).
A todos los que aman sólo con los ojos.
A quienes llevan el alma a flor de piel, en el medio de las vísceras.

Mariano Valcarce, Soporte Técnico, recomienda "viceversa".


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