Ñ u s l e t e r


#25

-Mensaje femenino de litaratura-

 


"Durante demasiado tiempo se ha ocultado en la mujer un esclavo y un tirano. Por ello la mujer no es todavía capaz de amistad: sólo conoce el amor." F. Nietzche


ÍNDICE

PROSA |
Naturaleza y hechos de Afrodita | Robert Graves || Como una buena madre | Ana Ma. Shúa |
ETIMOLOGÍA | Absolver |
TURISMO | Mujer |
SE NECESITA...
TALLER LITERARIO
DEFINICIÓN | Prólogo |
ENCUESTA
GRAFFITTI
POEMAS |
807 | 219 | Emily Dickinson || A mi hija | Stephen Spender |
AGRADECIMIENTOS
SUSCRIPCIONES


PROSA

Naturaleza y hechos de Afrodita

    Raras veces se dejó persuadir Afrodita de prestar a las demás diosas su ceñidor mágico que tenía el don de hacer que todos se enamoraran de su portadora, pues era muy celosa de su posición. Zeus la había entregado en matrimonio a Hefesto, el dios forjador cojo; pero el verdadero padre de los tres hijos que ella le dio -Fobo, Deimo y Harmonía- fue Ares, el dios de la Guerra. Hefesto no supo nada de su engaño hasta que una noche los amantes permanecieron demasiado tiempo juntos en cama, en el palacio tracio de Ares; Helio, al salir, los vio y se lo dijo a Hefesto.
Hefesto, muy enfadado, se retiró a su herrería, y a golpes de martillo tejió una red de bronce de las que se utilizan para cazar; era fina como una gasa pero completamente irrompible, y la ató secretamente a los postes y a los lados de su lecho de matrimonio.
    - Querida esposa -le dijo a Afrodita-, voy a tomarme unas pequeñas vacaciones en Lemnos, mi isla favorita.
    Afrodita no se ofreció a acompañarlo y cuando se hubo perdido de vista, mandó llamar apresuradamente a Ares. Los dos se fueron alegremente a la cama, pero al amanecer se encontraron enredados en la malla, desnudos y sin posibilidad de escapar. Hefesto los sorprendió allí y convocó a todos los dioses para que fueran testigos de su deshonra. Entonces anunció que no liberaría a su esposa hasta que los regalos de boda que le había entregado a Zeus le fueran devueltos.
    Los dioses llegaron corriendo, pero las diosas, por delicadeza, se quedaron en sus casas. Apolo, dándole un codazo a Hermes, preguntó:
    - A ti no te importaría estar en el lugar de Ares, a pesar de la red, ¿verdad?
    Hermes juró que no le importaría, aunque fueran tres las redes y aunque todas las diosas lo estuvieran mirando. Con eso, los dos dioses se pusieron a reír a carcajadas, pero Zeus estaba tan indignado que se negó a devolver los regalos de boda, o a intervenir en el asunto. Posidón hizo ver que se compadecía de Hefesto.
    - Ya que Zeus se niega a colaborar -le dijo- yo me ocuparé de que Ares, como pago por su liberación, te entregue el equivalente de los regalos de boda en cuestión.
    - Todo esto está muy bien -replicó Hefesto con pesimismo-. Pero si Ares no cumple el pago, tendrás que tomar su lugar bajo la red.
    - No creo que Ares deje de cumplir- dijo Posidón noblemente-. Pero si así fuera, estoy dispuesto a pagar la deuda y casarme yo mismo con Afrodita.
    Así pues, Ares fue puesto en libertad y regresó a Tracia; y Afrodita marchó a Pafos, donde renovó su virginidad en el mar.
    Sintiéndose halagada por la franca confesión de Hermes de su amor por ella, Afrodita pasó la noche con él poco después; el fruto de aquella noche fue Hermafrodito, un ser de doble sexo. Y contenta también con la intervención de Posidón en su favor, le dio dos hijos, Rodis y Herófilo. Más adelante Afrodita se entregó a Dioniso y con él engendró a Príapo, un niño feo con enormes genitales. Es jardinero y lleva un cuchillo de podar.


Robert Graves nació en Londres en 1895. Estudió en Oxford. Evitó identificarse con cualquier escuela o poeta. En 1968, en colaboración con el poeta sufi Omar Ali-Shah, editaron Los Rubaiyat originales de Omar Khayyam. Como prosista escribió una novela satírica, Adiós a todo eso (1929), ficciones históricas como Yo, Claudio y Claudio el dios (ambos en 1934), Rey Jesús (1946) y La hija de Homero (1955). Sus investigaciones mitológicas sobre El vellocino de oro (1944) le llevaron a escribir otros libros de ensayo como La diosa blanca (1947) y Los mitos griegos (1968). En La diosa blanca, Graves busca el origen de la poesía en los cultos de "la gran diosa de muchos nombres", la Luna. Pretendía que la poesía regresara a sus orígenes mágicos. A partir de 1929, se mudó a la isla española de Mallorca, donde se dedicó a escribir hasta su muerte en 1985.

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Como una buena madre (fragmento)

    Tom gritó. Mamá estaba en la cocina, amasando. Tom tenía cuatro años, era sano y bastante grande para su edad. Podía gritar muy fuerte durante mucho tiempo. Mamá siempre leía libros acerca del cuidado y la educación de los niños. En esos libros, y también en las novelas, las madres (las buenas madres, las que realmente quieren a sus hijos) eran capaces de adivinar las causas del llanto de un chico con sólo prestar atención a sus características.
    Pero Tom gritaba y lloraba muy fuerte cuando estaba lastimado, cuando tenía sueño, cuando no encontraba la manga del saco, cuando su hermana Soledad lo golpeaba y cuando se le caía una torre de cubos. Todos los gritos parecían iguales en volumen, en pasión, en intensidad. Sólo cuando se trataba de atacar al bebé Tom se volvía asombrosamente silencioso, esperando el momento justo para saltar callado, felino, sobre su presa. El silencio era, entonces, más peligroso que los gritos: ese silencio en el que mamá había encontrado una vez a Tom acostado sobre el bebé, presionando con su vientre la cara (la boca y la nariz) del bebé casi azul.
    Tom gritó, gritó, gritó. Mamá sacó las manos de la masa de la tarta, se enjuagó con cuidado, con urgencia, bajo el chorro de la canilla y, secándose todavía con el repasador, corrió por el pasillo hasta la pieza de los chicos. Tom estaba tirado en el suelo, gritando. Soledad le pateaba rítmicamente la cabeza. Por suerte Soledad tenía puestas las pantuflas con forma de conejo, peludas y suaves, y no los zapatos de ir a la escuela.
    Mamá tomó a Soledad de los brazos y la zamarreó con fuerza, tratando de demostrarle, con calma y con firmeza, que le estaba dando el justo castigo por su comportamiento. Tratando de no demostrarle que tenía ganas de vengarse, de hacerle daño. Tratando de portarse como una buena madre, una madre que realmente quiere a sus hijos.
    Después levantó a Tom y quiso acunarlo para que dejara de gritar, pero era demasiado pesado. Se sentó con él en el borde de la cama acariciándole el pelo. Tom seguía gritando. Era un hermoso milagro que no hubiera despertado al bebé. Cuando mamá sacó un caramelo del bolsillo del delantal, Tom dejó de gritar, lo peló y se lo comió.
    - Quiero más caramelos -dijo Tom.
    - Yo también quiero caramelos -dijo Soledad-. Si le diste a Tom me tenés que dar a mí.
    - No hay más caramelos. Vos, Sole, más bien que no te merecés ningún premio. Y a vos parece que no te dolía tanto que con un caramelo te callaste -como una buena madre, equitativa, dueña y divisoria de la justicia. Pero una buena madre no consuela a sus hijos con caramelos, una madre que realmente quiere a sus hijos protege sus dientes y sus mentes.
    - Queremos más caramelos -dijo Soledad.
    Y ahora Tom estaba de su lado. Entre los dos trataron de atrapar a mamá, que quería volver a la cocina. Tom le abrazó las piernas mientras Soledad le metía la mano en el bolsillo del delantal. Mamá sacó la mano de Soledad del bolsillo con cierta brusquedad. Calma. Firmeza. Autoridad. Amor.
    - ¡No! Los bolsillos de mamá no se tocan.
    - Tenés más, tenés más, sos una mentirosa, ¡nos engañaste! -gritaba Soledad.
   - Mamá mala, mamá mentirosa, ¡mamá culo! -gritaba Tom.
    - Empezaron los dibujitos animados -dijo mamá. Autoridad. Firmeza. Culo.

[...]


Ana María Shúa (Buenos Aires, 1951) ha incursionado en distintos géneros literarios: un lejano primer libro de poemas, El sol y yo, publicado a sus 16 años; novela, con Soy paciente (1980) y Los amores de Laurita (1984), ambas llevadas al cine; libros de cuentos tales como Viajando se conoce gente y Como una buena madre, que también da nombre al relato aquí transcripto; libros de humor, como El marido argentino promedio, y otros varios dedicados a la cultura judía. Vive.

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ETIMOLOGÍA

ABSOLVER, 1ª mitad del S. XIII. Tomado del latín absolvere, deriado de solvere 'desatar, soltar'.

DERIV: Absolución. Absoluto, 1ª mitad S. XV, del latín absolutus, propiamente 'desatado', 'sin limitaciones'; absolutismo, 1828. Los demás son derivados de solvere. Disolver, principios del S. XV, del latín dissolver, ídem; disoluto, 1438, del latín dissolutus, propiamente 'desenfrenado'. Resolver, hacia 1440, del latín resolvere ídem; resoluto. Soluble, 1739, del latín solubilis, propiamente 'que se puede soltar'; solución, hacia 1570, del latín solutio 'disolución (de una dificultad)'; solucionar, fines del S. XIX. Suelto, hacia 1140. Soltero, antiguamente 'suelto' (aplicado a las riendas, a los presos), mediados del S. XIII, después 'no casado'; solterón. Solvente, 1739; insolvente; solventar, 1884.


TURISMO | Mujer |

En portugués: mulher
En francés: femme
En inglés: woman
En alemán: Frau
En yiddish: froy
En quechua: warmi
En guaraní: kuña
En turco: kadin / bayan
En lituano: moteris
En sueco: kvinna
En latín: femina / mulier
En esperanto: virino
En italiano: donna


SE NECESITA...

Más piropos. Tiernos, guarangos, surrealistas, cursi. Enviar a: niusleter@niusleter.com.ar. Muchas gracias.

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TALLER LITERARIO

Encuentros semanales de lectura y escritura. 

Coordinan: Alejandro Güerri - Fernando Aíta.

Más información: acá

Consultas: niusleter@niusleter.com.ar


DEFINICIÓN | Prólogo |

    Encontré la mayor parte de las palabras que reúne mi diccionario, en declaraciones de políticos y gobernantes. Alguien me dijo que sin duda las inventaron en un acto de premeditación a manera de baratijas para someter a los indios "porque el embaucador desprecia al embaucado". Yo no quiero disentir, pero sigo pensando que detrás de cada una de estas manifestaciones de afectación, ligeramente sorpresivas y ridículas, ha de haber un señor vanidoso, que se desvive porque lo admiren. Lo sé por la experiencia. En la época de mis comienzos literarios, yo era capaz de violentar un relato o una argumentación, para encontrar la oportunidad de escribir lo porvenir (en lugar de el porvenir, que según Baralt era incorrecto), figurero (que Azorín proponía reemplazar por snob), dél y dellos (por de él y de ellos). Probablemente pensaba que alguna vez, en algún libro, se diría "Bioy usó la expresión".
    El mundo atribuye sus infortunios (¿me aparto del tema?) a las conspiraciones y maquinaciones de grandes malvados. Entiendo que subestima la estupidez. (...)
    El culto de la riqueza de vocabulario va acompañado por el temor, generalmente ridículo, de repetir palabras. En trance de evitar repeticiones, sometemos al lector a un régimen de sobresaltos, como si destapáramos monigotes de resorte: el decaído carnaval de la primera línea reaparece en la segunda como dios o rey Momo, el ladrón como caco y en un breve párrafo planteamos un enigma policial en el que no se sabe quién es quién, porque sucesivamente disfrazamos a Homero de bardo ciego, de padre de la épica, de autor de la Ilíada, de rapsoda numeroso y de ocasional dormilón. (...)
    Me parece que ha llegado el momento de confesarlo: yo no ignoro que el Diccionario defiende una causa perdida. Muchas palabras admisibles para nosotros, en algún momento sorprendieron de manera tan ingrata como ahora enfoque o impactación. Qué digo que entren muchas: todas, probablemente, desde el día que hubo alguien capaz de notar los cambios del idioma. (...)
    Considero que este diccionario no es inútil si pone en evidencia el engolamiento de quienes adornan sus ideas y su estilo con la falaz pedrería de programática, de acervo, de coyuntural, etc. La próxima vez cuando estén por estampar alguna de esas palabras lujosas, quizá recuerden y vacilen... Mejor no soñar. Bástenos la seguridad de haber participado en el esfuerzo, que a todos nos incumbe, de restituir siquiera precariamente el buen sentido en este mundo propenso a la locura. Ya sabemos que algunas palabras de nuestro diccionario entrarán y quedarán en el idioma; evitemos, por lo menos, que entren todas juntas.
    Mis reparos al empleo de estas palabras, desde luego se refiere al idioma escrito (los discursos y los comunicados de prensa, por lo general se escriben). ¿Quién soy yo para censurar a nadie porque de vez en cuando recurra a una de ellas en la conversación? Me ha parecido siempre que al hablar somos todos malabaristas, más o menos habilidosos. A un tiempo hay que pensar, elegir las palabras, ordenarlas en oraciones que fluyan con naturalidad, que respeten la sintaxis y que sirvan a nuestros fines. Muchas veces, para no tener esperando al interlocutor, me he resignado a decir que una película es bárbara, un elogio deplorablemente vago, o que yo estaba lleno de entusiasmo, lo cual sugiere que soy un recipiente repleto de quién sabe qué... Cada cual repite los términos que recuerda en el momento.

Prólogo al Diccionario del argentino exquisito, de Adolfo Bioy Casares.

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ENCUESTA

1- ¿Cuáles son los personajes femeninos que más admira?

2- ¿Cuál es la virtud más admirable en una mujer?

3- ¿Qué escritoras lo/la deleitan?

Envíe sus respuestas a: niusleter@niusleter.com.ar


GRAFFITTI

"Evita está enojada". Sobre Bmé. Mitre casi Maipú (o tal vez, mejor, sobre Perón). Lo vio Ale G.

"Gaby ¿Cornudo?". Duda sobre un paredón de Honduras al 4200. Avistado por Germán Bermant.

"Eugenia: Extraño tus mails. E." Certeza melancólica en Charlone entre Maure y Jorge Newbery, Chacarita. Enviado por Germán Bermant, y Julieta Estades.

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POEMAS

807

La expectativa es satisfacción;
la ganancia, saciedad;
pero la saciedad, convicción
de la necesidad

de un rasgo austero en el placer.
El bien, sin inquietud,
es bien establecida fortuna.
El peligro profundiza la suma.

Dios es mi única visita;
la única calle, la existencia
recorrida.

Si otra noticia hubiere,
o más insigne visión,
procuraré que te enteres.

219

Con multicolor escoba ella barre
y deja atrás los descartes,
¡Oh ama de casa del Poniente,
regresa y barre el estanque!

Allí dejaste caer un hilo de púrpura,
dejaste caer una hebra de ámbar,
¡y ahora has sembrado todo el Este
con andrajos de esmeraldas!

Y todavía blande su escoba manchada,
y todavía se agita su delantal,
hasta que suavemente la escoba se vuelve una estrella
y yo me puedo marchar.


Emily Elisabeth Dickinson nació en Armherst (Massachusetts) el 10 de diciembre de 1830. Lectora fervorosa de Emerson, vivió recluída en su casa familiar sin contacto (casi) con el mundo exterior, a excepción de unas pocas profusas relaciones epistolares. Cuando falleció en 1886, ninguno de los 1775 poemas que dejó escritos habían sido publicados. Su obra completa se dio a conocer recién en 1955, gracias a la labor de Thomas Johnson; aunque, ya a fines del siglo XIX y en la segunda década del XX, comenzaron a difundirse sus versos breves y secos como rama hachada.

A mi hija

Brillante se prende su mano entera de mi dedo,
Mi hija, mientras caminamos juntos ahora.
Toda mi vida sentiré un anillo invisiblemente
Rodear este hueso con brillo: cuando ella haya crecido
Lejos de hoy como sus ojos están lejos ya.


Stephen Spender nació en Londres en 1909. Estudió en Oxford donde se reunió con Auden, Day Lewis y MacNiece. En los '20 y los '30 su poesía reivindicaba protestas sociales y se vinculaba al marxismo. Luchó en la Guerra Civil Española. Durante la Guerra Mundial II, Spender fue bombero en Londres. Editó las revistas Horizon y Encounter. Entre sus libros de poemas se cuentan: Twenty Poems (1930), Vienna (1934), The Still Centre (1939), Poems of Dedication (1946), and The Generous Days (1971) y varias antologías. Escribió asimismo drama, ensayos como The Creative Element (1953), The Making of a Poem (1955), The Struggle of the Modern (1963), una autobiografía, una novela y se editó su correspondencia. En 1983 fue nombrado Caballero. Murió en 1995.

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AGRADECIMIENTOS:

Estás más allá del elogio y la censura pero igual queremos decírtelo: Nos gusta tu estilo, Mariano Valcarce, Soporte Técnico.
Sara Paoletti, Rosana Labat, Ángeles Viacava, Demian Cabaud, Walter Martinez, gracias y más gracias.
Mario Sampaolesi de la revista Barataria por la invitación (Martes 3, 19:30hs en Gandhi) a la presentación del nuevo número.
A quienes leen Ñusleter sin que nadie se entere.
A quienes nos recompensan con sus mensajes.

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